El gobierno enfrenta una crisis interna luego de la renuncia de varios ministros clave, desencadenando un reajuste significativo en el gabinete. La primera en anunciar su dimisión fue la Ministra de Economía, alegando diferencias irreconciliables con la política económica del presidente. Su salida fue seguida rápidamente por las renuncias del Ministro de Salud y el Ministro de Justicia.
La salida de estos altos funcionarios ha dejado un vacío en áreas críticas del gobierno y ha planteado serias dudas sobre la estabilidad de la administración actual. Fuentes cercanas a los ministros salientes señalan que la falta de consenso en temas fundamentales, como la gestión de la crisis sanitaria y la reforma del sistema judicial, fue un factor determinante en sus decisiones.
En respuesta a la crisis, el presidente ha nombrado a nuevos ministros para ocupar los puestos vacantes, en un intento por restaurar la confianza y la funcionalidad del gabinete. Los nuevos titulares de estas carteras son figuras relativamente desconocidas en el ámbito político, lo que ha generado tanto expectativas como incertidumbre.
La oposición no ha tardado en aprovechar la situación, criticando al gobierno por su incapacidad para mantener la cohesión interna y cuestionando la idoneidad de los nuevos ministros. Líderes opositores han pedido una investigación exhaustiva sobre las circunstancias que llevaron a las renuncias y han sugerido que podría ser necesario un cambio más profundo en la estructura gubernamental.
Analistas políticos advierten que esta crisis podría tener repercusiones significativas en la percepción pública del gobierno, afectando su capacidad para implementar políticas y mantener el apoyo popular. La estabilidad del gabinete en los próximos meses será crucial para determinar si el gobierno puede superar este desafío y continuar con su agenda.